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domingo, 19 de diciembre de 2010

18/12/10

Desde mi soledad, veo las gotas caer a través del cristal; las veo posarse, deslizarse, vivir y quebrarse; y recuerdo.
Y de repente me siento vacía, desgarrada por dentro, herida. Te necesito junto a mi; y salgo a tu encuentro.
Te busco, mas no te hallo, no estás ahí.
Nunca lo estás.

Y entonces comienzo la espera, una espera interna, silenciosa.
Y espero, contemplando tu fotografía entre mis manos; historias que hablan por sí solas, historias que hablan de un corazón roto; nuestras historias.
Y sigo esperando, esperando al día en que te des cuenta de todo. Al día en que mi simple tacto sea suficiente para ahuyentar todas y cada una de tus penas, y enterrarlas lejos, en el olvido.

He esperado demasiado ya, suficiente... y, sin embargo continúo la espera, esta espera eterna; siempre lo haré. ¿Por qué? Porque prometiste volver.

6 comentarios:

  1. Las promesas pocas veces se hacen realidad, prefieren quedarse en un estado de idea.
    Esperar.

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  2. Esperar... demasiado esperar, lo sé. Pero al menos quedará esa idea. no?

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  3. ¿Quién sabe?
    Nadie...
    Mientras, caminaré descalza por la cocina...
    Que el frío me despierte.
    Desolador =(

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  4. No te desconsueles, ni te enfríes, no dejes que el frío te despierte, eres tú y solo tú quien debe despertarte.

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  5. Espera lo que haga falta. Si todavia estas esperando es porque tienes confianza...

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  6. Si, bueno... La tengo, es no va a cambiar. Sin embargo, lo que si ha cambiado es la cantidad de confianza que tengo...

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