Y de repente me siento vacía, desgarrada por dentro, herida. Te necesito junto a mi; y salgo a tu encuentro.
Te busco, mas no te hallo, no estás ahí.
Nunca lo estás.
Y entonces comienzo la espera, una espera interna, silenciosa.
Y espero, contemplando tu fotografía entre mis manos; historias que hablan por sí solas, historias que hablan de un corazón roto; nuestras historias.
Y sigo esperando, esperando al día en que te des cuenta de todo. Al día en que mi simple tacto sea suficiente para ahuyentar todas y cada una de tus penas, y enterrarlas lejos, en el olvido.
He esperado demasiado ya, suficiente... y, sin embargo continúo la espera, esta espera eterna; siempre lo haré. ¿Por qué? Porque prometiste volver.
Las promesas pocas veces se hacen realidad, prefieren quedarse en un estado de idea.
ResponderEliminarEsperar.
Esperar... demasiado esperar, lo sé. Pero al menos quedará esa idea. no?
ResponderEliminar¿Quién sabe?
ResponderEliminarNadie...
Mientras, caminaré descalza por la cocina...
Que el frío me despierte.
Desolador =(
No te desconsueles, ni te enfríes, no dejes que el frío te despierte, eres tú y solo tú quien debe despertarte.
ResponderEliminarEspera lo que haga falta. Si todavia estas esperando es porque tienes confianza...
ResponderEliminarSi, bueno... La tengo, es no va a cambiar. Sin embargo, lo que si ha cambiado es la cantidad de confianza que tengo...
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