Vistas de página en total

martes, 19 de marzo de 2013

A veces pienso

A veces te miro sin que te des cuenta. Cada vez que lo hago, siento nervios, mariposas en el estómago y me siento en una nube.
Te miro entre mechones de pelo, entre puertas entreabiertas o entre gente en movimiento.

Te miro con admiración. Porque eres precioso. Te miro y me pregunto: ¿cómo puedes existir? ¿Por qué he tenido tanta suerte?
Pero no tengo las respuestas, así que simplemente continuo mirándote, y pensando lo mucho que te quiero.

A veces te miro y te das cuenta. Y me miras, y nos miramos.
Amo tus ojos.
A veces me miras y te acercas. Y siento que mi corazón se va a desbocar, o se va a saltar un latido.

Y cuando me besas... entonces exploto por dentro.

Te amo

Un beso... Puede significar tanto, o tan poco. Puede ser bonito, o incómodo, cálido o fresco. Suave o ardiente.

Pero ese beso, que no solo hace que se juntes los labios, sino que tu cuerpo se amolde completamente al mío, que me rodees con los brazos y me acaricies el pelo y la cara, que me sujetes la cintura y me susurres que me quieres, que me mires a los ojos con tal intensidad que siento que el corazón se me va a salir del pecho, ese beso; el que hace que nuestros sentidos se encuentren, ese beso.

Ese beso me mata.