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miércoles, 29 de mayo de 2013

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¿Cómo pueden para alguien acabar tantas cosas; recuerdos, horas, minutos, segundos, caricias, besos, susurros, sentimientos, abrazos, confesiones, instantes, recuerdos, acabar tan de pronto, en un solo momento?
Aunque quizás es que yo no lo entiendo.
Quizás no fue solo un momento.
Sino que yo no pude verlo.
O al menos, no a tiempo.
No sé muy bien qué decir.
Tan solo, un lo siento.

sábado, 25 de mayo de 2013

Into the west

De vez en cuando uno se para a pensar.
Normalmente escogemos el momento exacto en el que pensar nos hace daño. Aunque deberíamos esperar a pensar cuando no resultase tan doloroso, pero somos así. Buscamos el dolor cuando ya lo hay. Y nos autocompadecemos, abrimos la herida tanto que aunque no sea física se ve, y duele más que si lo fuera.

A veces recuerdas cosas.
Como un primer beso, un estúpido y fugaz primer beso antes de correr y abalanzarte al asiento trasero de un coche para huir de lo que creías estar empezando a sentir.

O recuerdas una primera caricia, tan increíblemente llena de amor que solo imaginarlo cuesta.
O recuerdas un abrazo tan suave y perfecto que el corazón se hace añicos.

Y cada pedazo cae... y cae... y sigue cayendo.

Y se clavan en el pecho, el la barriga, en los ojos.