que me vuelvo loca por instantes, y me dejo más y más a cada segundo;
que caigo presa de mí misma, y me pierdo en mis recuerdos;
que no sé que hacer o no, ni mucho menos qué pensar;
que siento que caigo al olvido, cada vez que presto atención a mis pensamientos.
Yo, que tan sólo necesito prestar atención a mi vida, y no soy capaz, porque demasiadas cosas llenan mi cabeza.
Yo, que he llegado a la conclusión de que nunca debí decir que no era posible, y jamás debí darme por vencida.
Yo, que me empeño en afrontar problemas que no debería y soy tan cabezota que no me soporto.
Yo, que tengo demasiadas cosas inconfesables que contar al mundo.
Yo, tan sólo yo.
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