No te enamores de gente así.
No te enamores de gente como yo.
Porque te llevaré a museos, a parques, a monumentos, a ciudades; sitios preciosos.
Te llevaré a todos los lugares bonitos del mundo; te besaré en cada uno de ellos, me sacaré una foto contigo allí. Haré de cada paso un eco, de cada sonrisa un recuerdo, de cada parpadeo un fotograma.
De forma que no te sea posible visitar esos lugares sin sentirme como sangre en la boca, como perfume en el viento, como contaminación en el aire.
Y eso te destruirá de la manera más bella. Lo notarás arder. En tu estómago, en tu garganta, en tus ojos. En la punta de tus dedos. Y lo sentirás explotar.
Y cuando me haya ido, finalmente entenderás por qué las tormentas llevan nombre de persona.
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