Han pasado 240 horas. 14 400 preciosos minutos. Cada uno de ellos permanecerá en mi memoria como un tesoro, escrito con tinta de oro en las paredes de mi alma. Decorado con imágenes que guardaré en mi corazón y memoria hasta que no recuerde lo que es sentir, ni sienta lo qué es recordar.
"Pero me voy, me voy a casa."
Mírame alejarme, sé que nos volveremos a ver.
"Nos vamos. Nos vamos a casa."
Levanta las manos a través del cristal y di adiós. ¿Adiós a qué?
No a mucho. A todo.
"Todos vuelven, vuelven a casa." Pero la dejan atrás.
Él está, ella permanece; ellos no se van. Pero ninguno se queda.
Cuenta los pasos que doy y las lágrimas que derramo. Memoriza, porque le preguntaré a tus ojos si lo recuerdan.
Sí, se lo preguntaré a tus ojos, por mucho que me responda el corazón.
"Ya no están. Están en casa."
Y se han ido, y ya no volverán. ¿Siguen aquí? Tal vez; pero se han ido.
Yo iré, los buscaré;
"Dile al mundo que me voy, me voy a casa; la dejo atrás."
Precioso
ResponderEliminar:') Gracias
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