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miércoles, 5 de octubre de 2011

Autodestrucción

Sentía las manos resbaladizas por la sangre. La garganta seca. Los pulmones todavía en llamas

-Alma.- jadeó.
-¿Te encuentras bien?.- Le miraba desde detrás, con suficiencia. Una sádica sonrisa asomaba en su cara medio iluminada.

Sam estaba lleno de magulladuras. Miraba al abismo desde el suelo. Tenía un corte en la sien que hacía tiempo que ya no sangraba. No respondió a su pregunta, por muy obvia que fuera la respuesta. Intentó levantarse.
Su esfuerzo solo provocó que comenzara a gotearle sangre por la nariz.

-¿Sabes cúal es la mayor ironía de todas?- Detuvo su intento de ponerse en pie y se miró las manos heridas sobre el cemento. La brisa le alborotó un poco el cabello, haciendo que algunos mechones pelirrojos taparan sus inexpresivos ojos durante un instante. -Matar para salvar una vida.- Las piernas le temblaron y alzó la mirada al cielo. -Matar... Para salvar una vida.-

-Oh, cómo adoro la melancolía.- Se acercó a él dando pasos largos y sinuosos.
Sam agachó la cabeza de nuevo. Su mandíbula se tensaba por momentos, pero no tenía fuerza como para hacer algo más. -No me digas,- su voz era áspera y dañina - que te arrepientes de tu decisión.

De hecho, sí. Sam se arrepentía. Pero no estaba dispuesto a admitirlo delante de Él.
-¿Nos obligas a todos a hacer algo de lo que arrepentirnos, o soy un caso aparte?- A Sam le reconcomía por dentro esa idea.
-Tan sólo a algunos. Pero tranquilo, no eres especial. Cómo tú, muchos otros cometieron un error.- Dio un paso hacia Sam y colocó su esquelética mano sobre su hombro. - Ya tienes lo que querías, ¿verdad? Ambas partes del trato han sido cumplidas. Así pues, - retiró la mano y dio un paso atrás - creo que es hora de que me vaya.

-De vuelta al infierno - Pensó Sam. Sin embargo, lo que dijo no fue eso. -Sí.- Articuló la palabra lentamente. Como si tuviera cuidado de que no se rompiera en el aire.
-Sí, ¿qué?. - Preguntó Él.
-Sí, me arrepiento.- Contestó Sam. Él se detuvo, y contempló al muchacho con una pizca de satisfacción en la cara.
-Oh, interesante... - Pronunció las palabras relamiéndose interiormente.
- Te gustaría cambiarlo, ¿cierto? Quieres que todo sea como antes. - Los ojos de Sam se iluminaron a través del pelo lacio. Una sonrisa asomó en su cara y Él siguió hablando. - Pues bien. Eso no es posible. - La sonrisa desapareció del rostro abatido de Sam y su mandíbula se tensó reprimiendo un gemido. Él reanudó su discurso. - Nada puede ya ser como antes. Todo ha cambiado. Tu decisión ha hecho el Curso y los hechos distintos. Y no hay nada que puedas hacer para remediarlo. - Se colocó el pelo negro que colgaba en su frente.

-Y si... - Empezó Sam. - Y si yo sólo quisiera cambiar una cosa. Y si tan sólo deseara que Ella viviese. - Sam cerró los ojos en espera de una respuesta, a pesar de que no había hecho ninguna pregunta en realidad.

-En ese caso, ¿qué te hace pensar que me harías cambiar de opinión? Yo soy aquí el que ha ganado, ¿por qué habría de cambiar eso? - Atravesó a Sam con una mirada de curiosidad.

-¿Y si yo te diera a cambio lo que tú más aprecias y de lo que más te necesitas?
Él abrió un ápice los ojos y su boca formó un fino arco.
-Entonces, la cosa cambiaría. - Su sonrisa se ensanchó. - Así pues, ¿estás diciendo que estarías dispuesto? ¿Dispuesto a cambiar de nuevo el Curso? - Sus palabras eran fuego.

Sam cerró los ojos un instante y se dio la vuelta. Le miró fijamente y con total seguridad, respondió. - Lo estoy. -
- En ese caso, - dijo Él - te deseo dulces sueños, Sam, hijo del fuego.
- Pero antes, déjame hacer algo. - dijo Sam.
- No creas que puedes engañarme con tus sucios trucos, mortal. - Escupió las palabras con odio.
- No es esa mi intención. Podéis vigilarme, si queréis. No me llevará mucho. - Sam esbozó una triste sonrisa y bajó la vista hacia sus manos. -Lo prometido es deuda.


-Alma. - Oyó susurrar su nombre. La muchacha se incorporó sobre el asfalto, frotándose las sienes con una mano.
A su lado, un trozo de papel meticulosamente doblado. Alargó el brazo y lo cogió. Desdobló el papel, y, sin entender del todo, leyó:

¿Sabes cúal es la mayor ironía de todas?

2 comentarios:

  1. Eres genial!! Espero que haya mas de estos :3
    Besitoos, y recuperate!
    Reflex-is.blogspot.com

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  2. Los habrá, los habrá, Wuajajaja (risa malévola) :3
    ^^

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