El tiempo tuvo un último consejo,
Siento que el dolor es mi maestro.
Más allá de todos esos besos,
Todo se aclaró, todo en su lugar.
Hice lo mejor que pude: amar.
Resignación. Ya no hay vuelta atrás.
Ay de mi melancolía, déjame llorar.
Curen las cicatrices y sanen las heridas
Sombras de sentir que dejaste en mi vida.
Borra las huellas y el sentimiento.
Con tan sólo evocarlo, pierdo el aliento.
El recuerdo vuelve a ser mi compañero.
Hoy, he de afrontar el miedo.
"Amer y sufrir es, a la larga, la única forma de vivir con plenitud y dignidad."
ResponderEliminarGregorio Marañón.
Porque de las derrotas, aprendemos. Así que mirandolo de forma optimista, cada derrota, es una pequeña victoria.
¡¡Me ha encantado el poema y ánimo con el blog!!