Las manos sobre los ojos,
apretando fuerte.
Sin atisbar entre los pliegues.
Y eres tonta,
aunque tú no lo recuerdes;
Sin atisbar entre los pliegues.
Y eres tonta,
aunque tú no lo recuerdes;
cierras tu mente
y no ves lo que debes.
y no ves lo que debes.
¿Sabes qué aguarda,
a que bajes la guardia,
cúando tu pulso se acelera?
No, no lo sabes.
Porque no tienes ni idea.
Porque no tienes ni idea.
Tan sólo esperas,
sin miedo,
sin miedo,
cúal témpano de hielo.
Igual de fría,
igual de distante.
igual de distante.
Ojos de cielo;
afilados y cortantes.
Y tu bella capa roja,
haciendo tal contraste.
Sí, ya estás en peligro.
Claro que eso,
todavía no lo sabes.
todavía no lo sabes.
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